Desde ya hace mucho tiempo se conoce que los hurones son susceptibles de contraer el virus de la influenza (Smith y Sweet, 1988; Reuman et al., 1989), y ha sido demostrado que esta enfermedad se puede transmitir de humanos a hurones y viceversa. Pero si esto no es nuevo ¿Por qué nos tenemos que preocupar ahora? Para comprenderlo debemos comenzar por entender a los virus, así que iniciaremos con un poquito de historia.
Los virus son partículas extremadamente pequeñas que solamente contienen un tipo de ácido nucleico (ADN o ARN, según el tipo de virus) y que dependen de la maquinaria metabólica y sintética de la célula hospedera para poder sintetizar su ácido nucleico y proteínas, es decir, para replicarse. Al igual que todos los organismos, los virus pueden generar mutantes en el transcurso de su ciclo de replicación y estas mutaciones pueden afectarlos de manera positiva o negativa; por ejemplo, una mutación puede hacerlos sensibles a la temperatura, por lo tanto no serán capaces de replicarse si la temperatura no es la adecuada, lo cual es negativo para ellos, pero positivo para nosotros, ya que nuestro organismo puede evitar su replicación elevando la temperatura corporal (fiebre). Otra mutación puede limitar su capacidad para replicarse en ciertos tipos celulares, es decir, que no todas las células del organismo pueden ser propicias para su replicación. Una mutación que los afecta positivamente a ellos pero negativamente a nosotros es aquella que les amplía el rango de hospederos susceptibles de ser infectados, y es que aunque los virus requieren de una célula para poder replicarse, existen mecanismos que los limitan de afectar a otra especie de células diferentes a las que ya están adaptados, el peligro entonces radica en la aparición de virus que puedan "saltar" de una especie a otra obviando estas barreras, que es justo lo que esta pasando ahora con el virus de la Influenza (Aranda, 1995).
Antecedentes del virus de la Influenza
La influenza es una enfermedad muy antigua que ha infectado a los humanos a intervalos irregulares a lo largo de la historia, la mas conocida es la Influenza española de 1918, claro que se trataba de otra cepa y de otros tiempos menos globalizados hoy en dia, el virus de influenza que representa una amenaza mundial es la cepa H5N1, de la que se dice, no se ha adaptado a la transmisión continua de humano a humano (por el momento) y algunos dicen que es poco probable que esto ocurra en el futuro (Webster et al., 2006). Lo que si es un hecho, es que este virus puede ser trasmitido de aves a otros mamíferos, incluido el hombre.
Su origen
Todos los virus de influenza tipo A son perpetuados por las aves silvestres, en especial por las aves silvestres acuáticas, en las que los 16 subtipos conocidos coexisten en perfecta armonía con sus hospederos sin causar ninguna enfermedad. Pero cuando estos virus, que se piensa son benignos en sus hospederos naturales, son transferidos a un nuevo tipo de hospedero (sean aves de corral o mamíferos) inicia en ellos una rápida evolución (Webster et al., 2006).
Hasta antes de 1997, no se había reportado que ningún virus de influenza H5 hubiese sido capaz de infectar a un ser humano y causar una enfermedad de curso mortal. Lo que si se sabía era que el virus de influenza H7 causaba conjuntivitis en los humanos. Pero en 1997 se reporta en China la aparición del virus catalogado como H5N1 que causa signos leves de enfermedad respiratoria en aves acuáticas silvestres y desarrollo letal de la enfermedad en aves de corral y seres humanos. Y a pesar de que este virus (catalogado como H5N1/97) fue erradicado sacrificando a todas las aves de corral que se encontraban en la región afectada, sus precursores continuaron circulando por el sureste de China. En el 2003 reaparece en China el virus H5N1 y en el 2004 se reportan virus de influenza H5N1 altamente patógenos en China, Japón, Corea del Sur, Tailandia, Vietnam, Indonesia, Camboya y Laos; en donde se confirman un total de 34 casos en humanos (Govorkova, et al., 2005).
¿Cómo se disemina?
Analizando las epidemias causadas por los subtipos altamente patógenos H5 y H7 en diversos países, se llegó a la conclusión de que la diseminación de esta enfermedad es atribuible a los seres humanos. La vía principal por la cual la influenza se propaga es por medio de la movilización con fines comerciales de las aves y sus productos, por lo tanto, si se establecen medidas adecuadas de bioseguridad en granjas, aduanas y centros de comercialización, se evitará su propagación (Webster et al., 2006).
Es importante resaltar que en la zona donde se origina el H5N1 (Asia), la industria avícola es enorme y muy compleja y muchas de las compañías más importantes tienen sucursales en China, Vietnam, Tailandia e Indonesia. Además, en los mercados se acostumbra comercializar con aves vivas, el consumidor suele elegir el ave y esta puede ser sacrificada y procesada en su presencia o vendida viva para que éste la lleve a casa, ya sea para su sacrificio o engorda; lo cual representa un reservorio que amplifica la propagación de la enfermedad. Además la crianza de aves en traspatio es muy común en estas regiones y estas aves no son sujeto de ninguna medida de bioseguridad, aunado a que cuentan con una débil infraestructura veterinaria y sumando la presencia de aves migratorias (principalmente patos) que cada año hacen escala en estas zonas, muchas veces alimentándose cerca de las aves domesticas, dan como resultado final una bomba de tiempo biológica (Webster et al., 2006).
El control
El sacrificio de aves enfermas o sospechosas es una práctica común en la industria avícola, pero este tipo de control no es admitido por ninguna autoridad internacional (FAO, OIE, WHO) y la práctica de sacrificar aves migratorias debe ser evitada debido a las consecuencias en materia ecológica que esto podría acarrear.
Por lo pronto en varios países asiáticos se han implementado medidas de detección temprana y se está recurriendo al uso de vacunas.
El problema con las vacunas y el virus de influenza H5N1 es que este virus es tan letal que mata a los embriones de pollo usados como medio de propagación antes de que se logre su inactivación y sea posible usarlo para formular una vacuna. Se están usando actualmente algunas vacunas genéticamente modificadas pero aún se requiere que éstas sean estandarizadas, por lo pronto existen vacunas "buenas" y "malas" a la disposición de los productores:
Vacunas buenas - Estas vacunas protegen de la enfermedad a pesar de que no existe un parecido antigénico cercano entre la vacuna y la cepa circulante. Reducen la carga viral por debajo del nivel de trasmisión. Su desventaja radica en que las aves vacunadas pueden ser capaces de excretar pequeñas cantidades del virus después de un desafío, por lo cual se deben mantener algunas aves sin vacunar como centinelas dentro de cada nave para monitorear si el virus es excretado.
Vacunas malas - Estas vacunas evitan la aparición de los signos clínicos pero no evitan que las aves excreten cantidades de virus trasmisibles. Propician la diseminación no detectable de virus en las granjas y en los mercados donde se comercializan aves vivas (Webby et al., 2004).
Como referencia histórica, en México se uso en los 80's una vacuna "mala" para controlar a otro virus de influenza: H5N2. Esta practica disminuyó los signos de la enfermedad, pero no eliminó al virus H5N2 de la región, por el contrario, esta vacuna contribuyó a que el virus se diseminara en toda América Central (Webster et al., 2006). Cuidadofacialpurito Snail All In One Bb Cleanser
La influenza en los hurones
La H5N1 es mortal en los hurones y hasta la fecha solo ha sido inoculada en éstos animales de manera artificial con fines de investigación. No se tienen reportes de hurones que hayan trasmitido este virus a humanos ni de hurones que hayan sido infectados por contacto con aves silvestres o domésticas, no obstante, la prevención es el mejor sistema de control. Por lo tanto se recomienda evitar exponer a los hurones a aves vivas, en especial a las aves acuáticas y a las aves de corral que se sabe han sido vacunadas (Webster et al., 2006).
En los hurones que han sido inoculados con H5N1 para el estudio de la influenza se ha descubierto que su patogenicidad varia dependiendo de la cepa aislada. En los virus H5N1 aislados de seres humanos e inoculados a hurones, este resulta altamente patógeno e invariablemente mortal, pero los virus aislados de aves causa casi siempre solo enfermedad leve, aunque en algunos casos aislados si es altamente letal. Curiosamente, los virus letales para los hurones que fueron aislados de aves provenían de codornices y patos, pero no de pollos (Govorkova, et al., 2005).
Los signos clínicos en hurones infectados se presentan rápidamente, estos son:
- Fiebre (40.3 a 42.3° C)
- Perdida sustancial de peso (17.6 a 20.3% en los primeros 6 días post infección)
- Anorexia.
- Extrema letargia.
- Diarrea amarilla.
- Dificultad para respirar en las últimas etapas de la enfermedad.
Algunos hurones pueden desarrollar signos neurológicos como:
- Movimientos incontrolados.
- Parálisis del tren posterior.
La muerte se presenta de 5 a 7 días después de la infección (Zitzow, 2002; Govorkova, et al., 2005; Maines et al., 2005).
¿Nos tenemos que preocupar?
Si, pero no debemos entrar en pánico. Es importante acatar las disposiciones sanitarias y de control que se implementen en sus países, pero debemos ser muy cautelosos con la información que se genera en los medios de comunicación.
Es también importante confirmemos que la información que se está difundiendo esté validada y científicamente fundamentada.
Hasta ahora no se ha reportado que un hurón sea capaz de trasmitir la H5N1 a un ser humano, esto tal vez por que los hurones han sido infectados bajo condiciones controladas en laboratorios y dudo mucho que a algún investigador se le pudiera ocurrir plantarle un beso a un hurón al que le han inoculado un virus mortal...
Además en investigaciones realizadas con otros subtipos de influenza se ha constatado que es más factible que un humano contagie a un hurón que viceversa; esto debido al tamaño de cada uno que va de la mano con la capacidad de replicación.
Resumen
I. El virus de la influenza H5 no patógena se piensa que es diseminado a través de los patos y gansos domésticos y de ahí a los pollos domésticos.
II. En los pollos, el virus H5 se vuelve altamente patógeno antes de ser transferido de vuelta a los patos y ganso domésticos.
III. El virus H5 altamente patógeno recombina su genoma con los otros subtipos de virus de influenza de las aves acuáticas y el virus así producido se disemina en las granjas avícolas, humanos y ocasionalmente en los cerdos.
IV. Este virus adquiere mutaciones en varios de sus genes, lo cual lo vuelve letal para animales domésticos, aves acuáticas y humanos (Webster et al., 2006).
Métodos de prevención sugeridos por Webster y colaboradores (2006), ver Figura 1. Líneas continuas, trasmisión demostrada; líneas punteadas, trasmisión postulada pero no demostrada.
Existen varias maneras de controlar la influenza altamente patógena:
1) Evitando el contacto entre aves silvestres y domesticas, aislando las naves de producción y tratando el agua;
2) Evitando el contacto entre las aves acuáticas domesticas y las gallináceas, aislando las naves de producción y tratando el agua, además de evitar que las aves acuáticas lleguen vivas al consumidor final;
3) Erradicar el virus de influenza H5N1 de las gallináceas sacrificando a las aves enfermas o utilizando vacunas que prevengan la enfermedad y su trasmisión;
4) Evitar el contacto entre las aves, cerdos y humanos y desarrollar vacunas y medicamentos antivirales (Webster et al., 2006).
Figura 1. Opciones para el control de la influenza H5N1
(Webster et al., 2006)
Bibliografía consultada:
Aranda A. A. 1995. En la frontera de la vida: los virus. Fondo de cultura económica. México.
Govorkova E.A., J. E. Rehg, S. Krauss, H. L. Yen, Y. Guan, M. Peiris, T. D. Nguyen, T. H. Hanh, P. Puthavathana, H. T. Long, C.Buranathai, W. Lim, R. G. Webster y E. Hoffmann. 2005. Lethality to Ferrets of H5N1 Influenza Viruses Isolated from Humans and Poultry in 2004. Journal of Virology. 79 (4): 2191-2198.
Maines T. R., X. H. Lu, S. M. Erb, L. Edwards, J. Guarner, P. W. Greer, D. C. Nguyen, K. J. Szretter, L. Chen, P. Thawatsupha, M. Chittaganpitch, S. Waicharoen, D. T. Nguyen, T. Nguyen, H. H. T. Nguyen, J. Kim, L. T. Hoang, C. Kang, L. S. Phuong, W. Lim, S. Zaki, R. O. Donis, N. J. Cox, J. M. Katz y T. M. Tumpey. 2005. Avian Influenza (H5N1) Viruses Isolated from Humans in Asia in 2004 Exhibit Increased Virulence in Mammals. Journal of Virology. 79 (18): 11788-11800.
Reuman, P. D., S. Keely, y G. M. Schiff. 1989. Assessment of signs of influenza illness in the ferret model. J. Virol. Methods. 24:27-34.
Smith, H. y C. Sweet. 1988. Lessons for human influenza from pathogenicity studies with ferrets. Rev. Infect. Dis. 10:56-75.
Webster R. G., M. Peiris, H. Chen y Y. Guan. 2006. H5N1 Outbreaks and Enzootic Influenza. Emerging Infectious Diseases. 12 (1): 1-7.
Webby R. J., D. R. Perez, J. S. Coleman, Y. Guan, J. H. Knight, E. A. Govorkova, L. R. . McClain-Moss, J. S. Peiris, J. E. Rehg, E. I. Tuomanen y R. G. Webster. 2004. Responsiveness to a pandemic alert: use of reverse genetics for rapid development of influenza vaccines. The Lancet. 363: 1099-103.
Zitzow, L. A., T. Rowe, T. Morken, W. J. Shieh, S. Zaki, y J. M. Katz. 2002. Pathogenesis of avian influenza A (H5N1) viruses in ferrets. Journal of Virology. 76: 4420-4429.
Antecedentes del virus de la Influenza
Desde ya hace mucho tiempo se conoce que los hurones son susceptibles de contraer el virus de la influenza (Smith y Sweet, 1988; Reuman et al., 1989), y ha sid
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